Esta tendencia rige actualmente en el mundo de la moda. ¿Eso es bueno?
La ultra-fast fashion ha cambiado las reglas del juego en el negocio de la moda. Promete democratizar las últimas tendencias y llenar tu armario con piezas que gritan “¡actualidad!” en tiempo récord. Pero, en un mercado donde los jeans clásicos, los básicos esenciales y la ropa deportiva de calidad están ganando terreno —sí, hablamos de marcas como Balam—, ¿qué lugar ocupa este concepto de moda fugaz?
La promesa de democratización
Una de las principales “ventajas” del ultra-fast fashion es su capacidad de "democratizar" la moda. En teoría, permite que cualquier persona acceda a piezas que imitan las últimas pasarelas sin romper su presupuesto.
Sin embargo, este modelo depende de materiales baratos y producción masiva que, según un estudio de McKinsey & Company, genera más de 92 millones de toneladas de residuos textiles cada año, la mayoría provenientes de prendas desechadas tras pocos usos. ¿Accesible? Quizás. ¿Sostenible? Definitivamente no.
Además, aquí hay un giro: como esta accesibilidad viene a menudo acompañada de materiales que no duran ni un suspiro, al final, ¿es tan inclusivo si tienes que reponer tu guardarropa cada temporada?
En contraste, los básicos de calidad, trascienden modas pasajeras. Jeans que sobreviven al ritmo frenético de tu día a día, ropa deportiva que te acompaña del gimnasio al brunch, y camisetas que combinan con todo. Esa sí es una inversión inteligente.
La rapidez como ventaja
Otra supuesta ventaja es la velocidad con la que estas marcas responden a las tendencias. Pero, ¿realmente necesitamos nuevas prendas cada semana? Esta sobreproducción no solo genera un impacto ambiental alarmante, sino que también crea una falsa necesidad de consumo.
Aquí es donde el concepto de armarios cápsula y piezas atemporales brilla. La moda no tiene que correr, y mucho menos a costa de la calidad o el medio ambiente. Si vas a elegir prendas que definan tu estilo, hazlo con piezas que duren más allá de una tendencia relámpago.
Más no siempre es mejor
El eterno debate: ¿más prendas de menor calidad o menos prendas de mejor calidad? El ultra-fast fashion aboga por la primera opción, sin duda.
Pero demasiadas elecciones a veces te dejan con compras impulsivas y un armario lleno de prendas que, a veces, nunca llegan a encajar en un outfit.
En cambio, optar por ropa versátil y de calidad, como la que encuentras en Balam, no es solo una declaración de estilo, sino también una apuesta por un consumo más inteligente. La moda no necesita ser una carrera contra el reloj.
A veces, menos es más.